jueves, 29 de mayo de 2014

Monta-Sueños

   
  Me mordí las uñas y miré hacia abajo. Mis pies flotaban en el aire mientras todo lo demás giraba alrededor. La fuerza del viento chocaba contra mi cara haciendo que mis ojos permaneciesen siempre entreabiertos.
Nuestros gritos se podían oír de lejos. Me agarré a la barra de seguridad con fuerza. Mis manos sudorosas resbalaban por la superficie fría y dura.
''Voy a vomitar'' me aulló al oido.
Giré la cabeza. Mi hermano tenía la cara como una berenjena, violeta y verde, estaba agarrado tan fuerte como yo y las lágrimas se le derramaban por las mejillas a chorros.
''Te lo dije!! Mamá te lo dijo!! Te dijimos que no vinieses!! Lo ves ahora?" le grité de vuelta.
De pequeña siempre había querido vivir nuevas aventuras, volar por los aires o saltar de un alto edificio con una bolsa de la compra como paracaídas. Pensaba que si llevaba un paraguas a todas partes, como Mary Poppins, terminaría volviéndome como ella. No sería una bruja ni volaría en una escoba, pero iría de un lado al otro con mi paraguas salvavidas. Sin embargo, con los años este sueño se fue desvaneciendo de mi mente para quedar enterrado entre una mar de memorias y pensamientos. Nunca había imaginado que mi hermano también compartiese este sueño. Ahora sentado a mi lado, me di cuenta de lo valiente que era. Él soñaba con tocar las estrellas y por mucho miedo que aquel viaje le diese, ahí estaba, aferrado a la barra metálica del monta rusas que más temía.