Gritaban como si estuviesen en la plaza del pueblo vendiendo pescado. Se miraban los unos a los otros haciendo gestos pesados y alzando las manos al aire. Me escondí bajo la mesa y me tapé los oidos con la almohada de la tía Helen. Desde aquí solo se veían pies desnudos moviéndose de un lado a otro por si solos. Si me fijaba con atención, podía adivinar al dueño de cada par. Me aterraba salir de mi escondite y que me empezasen a reñir a mí, que me gritasen. Así que me pasé dos horas jugando a las adivinanzas. Odiaba que se pelearan y más por una caja tonta. Si la maldita cajita con botoncitos y luces encendiéndose a cada instante no se hubiese parado, nadie se estaría peleando ahora. Sentí un toque en mi espalda y me quedé paralizada. La tía Helen no me dejaba tocar sus cosas y menos usar su mesa como refugio. Decía que todas sus pertenencias eran sagradas y que yo no era quien para tocarlas con mis manos sucias, llenas de gérmenes. Equipada de un spray antibacteriano y unos guantes amarillos, se pasaba las horas rociando la casa con fertilizantes espeluznantemente olorosos y productos que decían eliminar los monstruitos verdes que la tía tantísimo odiaba.
Descalza
Hola Bloguer@s !! Me llamo Andrea y me encanta escribir! Bienbenid@s a mi blog!
sábado, 21 de junio de 2014
martes, 17 de junio de 2014
Tu niño
Te miraba desde el rincón y te mandaba besos de fresa y limón. Con su cara pequeña, menuda y suave, pensabas que el no era nada. Pensabas que el no mataría ni a la mosca que le atormentaba, volando a su desdén alrededor de su cabeza. Se movía de un lado a otro y se posaba en su nariz. Él la contemplaba. Sus ojos se ponían bizcos y te reías cariñosamente. Pensabas que sus manos manchadas de tinta no harían más que fallos tontos porque él estudiaba mucho y su único refugio eran perdones tan grandes como abrazos de panda. Pensabas que su corazón era como un caramelo, lleno de cosas dulces y bellas. Pensabas que estaba lleno de detalles pequeños que hacían de él un diamante único. El tiempo a pasado rápido. Y ahora no sabes ni quien es ni de lo que él es capaz de hacer. Ahora te mira, con otra cara. Una cara pálida que sonríe con los ojos abiertos como guirnaldas. Esos ojos observan cada uno de tus movimientos. No brillan como los de antes, con luz propia. Ahora se encienden como llamas quemando las hojas de un bosque. Te quedas paralizada. Y de nuevo su sonrisa se queda en tí clavada. Levanta la mano izquierda, la gira en el aire coge la botella. Bebe sorbos, uno tras otro, hasta calmar su sed y dejarla vacía. Empiezan a temblarte las piernas y te ves atrapada. Gira su otra mano y se aguanta firmemente. Esta vez, buscas con malicia como sacar el as de la manga pero no encuentras más que una jota. Dos gotas se deslizan por su frente y te golpea en la cara. Ahora yaces en el suelo. Aquel niño asustado llora y tiembla pues ahora está aterrado. El mundo dice que la gente no cambio pero tu niño ya no es el mismo. El mundo se ha vuelto a apoderar de sus palabras dulces e inocentes. Las ha destruido para hacer de ellas armas. Aquellas que cuando enemigos las toman son domadas, convertidas en letras que suenan al tambor de la venganza.
El mundo cambia, la gente también. Cuida a tu niño y no dejes que el sea una victima otra vez.
El mundo cambia, la gente también. Cuida a tu niño y no dejes que el sea una victima otra vez.
jueves, 29 de mayo de 2014
Monta-Sueños
Me mordí las uñas y miré hacia abajo. Mis pies flotaban en el aire mientras todo lo demás giraba alrededor. La fuerza del viento chocaba contra mi cara haciendo que mis ojos permaneciesen siempre entreabiertos.
Nuestros gritos se podían oír de lejos. Me agarré a la barra de seguridad con fuerza. Mis manos sudorosas resbalaban por la superficie fría y dura.
''Voy a vomitar'' me aulló al oido.
Giré la cabeza. Mi hermano tenía la cara como una berenjena, violeta y verde, estaba agarrado tan fuerte como yo y las lágrimas se le derramaban por las mejillas a chorros.
''Te lo dije!! Mamá te lo dijo!! Te dijimos que no vinieses!! Lo ves ahora?" le grité de vuelta.

lunes, 21 de abril de 2014
Monstruos Dulces, Monstruos Bellos
Bajé las escaleras corriendo, saltando los escalones de por medio. Él me perseguía, pisándome los pies. Corrí tan rápido como pude pero no lo suficiente. Me resbalé. Caí en un charco y me mojé la punta de los dedos. Qué frío estaba el suelo! Hacía días que llovía. Normalmente solía hacer sol o bochorno, pero no lluvia. Intenté levantarme y seguir huyendo, pero ahí estaba, sus ojos clavados en mí, bloqueándome el camino.
"Venga, levanta tonta".
Me tendió una mano. Sus dedos me agarraron con fuerza y tiraron de mi con delicadez, como si estuviese hecha de cristal.
"Por qué estás aquí? Déjame. Soy...un monstruo.. déjame!Vete! Vete y déjame!" las lágrimas comenzaron a derramarse por mis mejillas. Cerré los ojos.
Grasa, grasa, y más grasa, por todos lados. Gente empezó a aparecer de la nada. Sentía sus voces picoteándome los oídos, las orejas, mordiéndome los pies y las manos. Gorda. Fea. Inútil. No sirves para nada. Podía leerles la mente. Obesa. Sentí una apuñalada en el estómago. Se reían a carcajadas.
"Helen, mírame."
Abrí los ojos. Me temblaban las manos. Me las froté contra las mejillas y levanté la vista. Sus ojos brillaban con una luz potente, grande y fuerte. Una luz aún más brillante que la de las estrellas. Me agarró fuerte, su aliento barriendo mi frente con una suave brisa.
"Los insultos no son sólo insultos" me susurró.
"Son celos escondidos bajo la forma de insultos. Son rabia. Son odio. Son venganza."
Me acercó a él.
"No eres ningún monstruo" empezó a llover de nuevo.
"Yo..." su pulso se aceleró.
"Eres... dulce" sus labios rozaron mi cuello.
"Eres... bella" subieron hasta mis mejillas.
"Eres... inteligente" tocaron la punta de mi nariz.
"Y... tienen que ser dementes para no verlo" sus manos acariciaron mi pelo.
Un "mmm..." se escapó de mi garganta.
"Qué?" se quedó quieto. Las gotas seguían cayendo sin descanso.
Pasaron unos segundos.
"Te quiero" le dije deslizando mis manos por su cuello.
"Y yo... gruñona" respondió sonriendo.
Quise contestarle pero sus labios me lo impidieron.
Que se fueran las críticas a la mierda. Qué más daban. Le quiero.
"Venga, levanta tonta".
Me tendió una mano. Sus dedos me agarraron con fuerza y tiraron de mi con delicadez, como si estuviese hecha de cristal.
"Por qué estás aquí? Déjame. Soy...un monstruo.. déjame!Vete! Vete y déjame!" las lágrimas comenzaron a derramarse por mis mejillas. Cerré los ojos.
Grasa, grasa, y más grasa, por todos lados. Gente empezó a aparecer de la nada. Sentía sus voces picoteándome los oídos, las orejas, mordiéndome los pies y las manos. Gorda. Fea. Inútil. No sirves para nada. Podía leerles la mente. Obesa. Sentí una apuñalada en el estómago. Se reían a carcajadas.
"Helen, mírame."
Abrí los ojos. Me temblaban las manos. Me las froté contra las mejillas y levanté la vista. Sus ojos brillaban con una luz potente, grande y fuerte. Una luz aún más brillante que la de las estrellas. Me agarró fuerte, su aliento barriendo mi frente con una suave brisa.
"Los insultos no son sólo insultos" me susurró.
"Son celos escondidos bajo la forma de insultos. Son rabia. Son odio. Son venganza."
Me acercó a él.
"No eres ningún monstruo" empezó a llover de nuevo.
"Yo..." su pulso se aceleró.
"Eres... dulce" sus labios rozaron mi cuello.
"Eres... bella" subieron hasta mis mejillas.
"Eres... inteligente" tocaron la punta de mi nariz.
"Y... tienen que ser dementes para no verlo" sus manos acariciaron mi pelo.
Un "mmm..." se escapó de mi garganta.
"Qué?" se quedó quieto. Las gotas seguían cayendo sin descanso.
Pasaron unos segundos.
"Te quiero" le dije deslizando mis manos por su cuello.
"Y yo... gruñona" respondió sonriendo.
Quise contestarle pero sus labios me lo impidieron.
Que se fueran las críticas a la mierda. Qué más daban. Le quiero.
jueves, 17 de abril de 2014
Rezando por corea (2x)
Hola bloguer@s
Hoy estoy muy triste. Estoy triste porque vi en las noticias un reportaje sobre unos estudiantes Sur Coeranos que se han quedado atrapados en un barco y no pueden salir. Éstos se iban de viaje de estudio a una isla que estaba por ahí. De camino, el barco debió de chocar contra algo. El capitán no hizo otra cosa que salvarse el culo y aunque había tiempo para evacuar a todos los estudiantes que estaban dentro, no hizo nada. Se fue y los dejó ahí. Ahora, a 30 metros debajo del mar, están grabando vídeos y mandando mensajes como pueden a sus familias. Algunos, hasta se están despidiendo de ellas! El problema con el rescate es que el barco se encuentra en una zona de corriente.. Tengo un nudo en la garganta y las lagrimas a los ojos. Vi uno de los vídeos y ... si fuese pariente de alguno de los estudiantes que se ha quedado atrapado... no sé qué haría. Quiero ayudar, pero me veo de manos atadas! Lo único que puedo hacer es pasar la voz de esta catástrofe e intentar encontrar gente dispuesta a salvar vidas. No es mi vida la que está en peligro pero sigo pensando que si fuese mi vida la que estuviese en peligro, me gustaría que gente se preocupase por me. Rezo por ellos. Mucha suerte!
Hoy estoy muy triste. Estoy triste porque vi en las noticias un reportaje sobre unos estudiantes Sur Coeranos que se han quedado atrapados en un barco y no pueden salir. Éstos se iban de viaje de estudio a una isla que estaba por ahí. De camino, el barco debió de chocar contra algo. El capitán no hizo otra cosa que salvarse el culo y aunque había tiempo para evacuar a todos los estudiantes que estaban dentro, no hizo nada. Se fue y los dejó ahí. Ahora, a 30 metros debajo del mar, están grabando vídeos y mandando mensajes como pueden a sus familias. Algunos, hasta se están despidiendo de ellas! El problema con el rescate es que el barco se encuentra en una zona de corriente.. Tengo un nudo en la garganta y las lagrimas a los ojos. Vi uno de los vídeos y ... si fuese pariente de alguno de los estudiantes que se ha quedado atrapado... no sé qué haría. Quiero ayudar, pero me veo de manos atadas! Lo único que puedo hacer es pasar la voz de esta catástrofe e intentar encontrar gente dispuesta a salvar vidas. No es mi vida la que está en peligro pero sigo pensando que si fuese mi vida la que estuviese en peligro, me gustaría que gente se preocupase por me. Rezo por ellos. Mucha suerte!
sábado, 8 de marzo de 2014
Menta y Limón ☯☮
Era un día de verano. Una oleada de calor había dejado atrás los últimos días de otoño. Las playas estaban a rebosar de gente. No había sitio ni para una mosca más. Mientras tanto, Alicia seguía en su cama, nadando en un sueño fresco olor a menta y limón. Soñaba que estaba en un jardín lleno de flores como la lavanda. El color de éstas se fundía con el cielo rojizo y naranja. Ella, sentada en una hamaca de mimbre, bebía té helado y se levantaba, de vez en cuando, para mojarse la punta de los pies en la piscina de enfrente. El agua estaba salada y brillaba bajo la luz del sol.
Después de una larga serie de idas y vueltas, de la piscina a la hamaca y de la hamaca a ésta, Alicia se puso las chanclas y se fue a caminar. Atravesó el jardín y se dirigió a un camino de piedrecitas que llevaban a la playa. La playa de sus sueños estaba vacía. La arena dorada se movía al ritmo de las olas. Alicia, atraída por aquellas se tumbó frente al agua. El sonido del mar era música para sus oídos. Poco a poco, se le estaban cerrando los ojos. A punto de dormirse, notó un toque en su hombro. No sabía si aquel venía del sueño o si alguien le había dado el toque en la realidad. Decidió hacer un esfuerzo, y arriesgándose a perder aquel dulce sueño, los abrió en la realidad. Su hermana, Lena, la miró preocupada. Las lágrimas se le derramaban a gran velocidad.
"Qué pasa?" se incorporó Alicia.
"Mam... Ss porque... Ven.. !" le tiró del brazo.
Alicia no entendía una sola palabra de lo que su hermana estaba diciendo. Cuando se ponía nerviosa, empezaba a tartamudear. Aquel era su defecto. Lena le llevó hasta la playa a la que sus padres habían ido a tomar el sol mientras ella dormía.
Todo estaba destrozado. Los chiringuitos se habían derrumbado. Las palmeras, verdes y altas, se habían caído. Había personas tiradas en el suelo. Sangre cubría la arena llenándola de manchas oscuras, manchas rojas. Alicia oyó la voz de su madre en su mente:
"Cariño, vamos a tomar el sol. Estamos enfrente de el chiringuito de la izquierda, aquel que tanto te gusta. No te levantes muy tarde".
Sus piernas le estaban temblando. Corría tan rápido como podía. Ya solo quedaban unos cuantos metros hasta llegar al chiringuito. Su hermana iba detrás. Por fin llegó. Empezó a mirar a los lados. Todo, todo estaba lleno de sangre. De repente, reconoció la gorra de su padre que ahora yacía en el suelo. Al lado, su madre estaba quieta tumbada en la playa. Sin aliento Alicia cogió las muñecas de su padre y su madre.
"Llama a una ambulancia Lena!!"
Les tomó el pulso. Tic, Tac. Tic, Tac. Sonaban como las agujas de un reloj.
Un tsunami se había producido mientras ella soñaba en su cama. Lena había vuelto al hotel segundos antes el tsunami atacase la costa. Se le habían olvidado las gafas de buceo. A la vuelta, se encontró con todo aquel caos y aterrada había vuelto a buscar a su hermana.
Dos años más tarde, Alicia estaba en su cama. Como siempre, soñando. Notó un toque en el hombro.
"Buenas días pitufa" le dijo su padre mientras Lena y su madre le cantaban feliz cumpleaños.
Después de una larga serie de idas y vueltas, de la piscina a la hamaca y de la hamaca a ésta, Alicia se puso las chanclas y se fue a caminar. Atravesó el jardín y se dirigió a un camino de piedrecitas que llevaban a la playa. La playa de sus sueños estaba vacía. La arena dorada se movía al ritmo de las olas. Alicia, atraída por aquellas se tumbó frente al agua. El sonido del mar era música para sus oídos. Poco a poco, se le estaban cerrando los ojos. A punto de dormirse, notó un toque en su hombro. No sabía si aquel venía del sueño o si alguien le había dado el toque en la realidad. Decidió hacer un esfuerzo, y arriesgándose a perder aquel dulce sueño, los abrió en la realidad. Su hermana, Lena, la miró preocupada. Las lágrimas se le derramaban a gran velocidad.
"Qué pasa?" se incorporó Alicia.
"Mam... Ss porque... Ven.. !" le tiró del brazo.
Alicia no entendía una sola palabra de lo que su hermana estaba diciendo. Cuando se ponía nerviosa, empezaba a tartamudear. Aquel era su defecto. Lena le llevó hasta la playa a la que sus padres habían ido a tomar el sol mientras ella dormía.
Todo estaba destrozado. Los chiringuitos se habían derrumbado. Las palmeras, verdes y altas, se habían caído. Había personas tiradas en el suelo. Sangre cubría la arena llenándola de manchas oscuras, manchas rojas. Alicia oyó la voz de su madre en su mente:
"Cariño, vamos a tomar el sol. Estamos enfrente de el chiringuito de la izquierda, aquel que tanto te gusta. No te levantes muy tarde".
Sus piernas le estaban temblando. Corría tan rápido como podía. Ya solo quedaban unos cuantos metros hasta llegar al chiringuito. Su hermana iba detrás. Por fin llegó. Empezó a mirar a los lados. Todo, todo estaba lleno de sangre. De repente, reconoció la gorra de su padre que ahora yacía en el suelo. Al lado, su madre estaba quieta tumbada en la playa. Sin aliento Alicia cogió las muñecas de su padre y su madre.
"Llama a una ambulancia Lena!!"
Les tomó el pulso. Tic, Tac. Tic, Tac. Sonaban como las agujas de un reloj.
Un tsunami se había producido mientras ella soñaba en su cama. Lena había vuelto al hotel segundos antes el tsunami atacase la costa. Se le habían olvidado las gafas de buceo. A la vuelta, se encontró con todo aquel caos y aterrada había vuelto a buscar a su hermana.
Dos años más tarde, Alicia estaba en su cama. Como siempre, soñando. Notó un toque en el hombro.
"Buenas días pitufa" le dijo su padre mientras Lena y su madre le cantaban feliz cumpleaños.
viernes, 28 de febrero de 2014
TUMBLR
Mi nuevo Tumblr !! Espero que os guste jeje!!
(dadle al like para más historias ;) !!)
http://adryandy.tumblr.com/#
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